Hace tres años el periodista Fernando Ramos escribió un artículo bastante ilustrativo sobre el ciclismo de base para el diario asturiano "La Nueva España". Se trataba de aportar alguna clave sobre la excasez de licencias federativas en la cantera pedalística de la región y para ello se contó con la colaboración de Santi Pérez que ayudó con su perspectiva. Ahora hemos querido recuperarlo dándonos cuenta que, aunque hayan pasado ya tres años, los argumentos que se esgrimen en estas líneas que vamos a recordar no han quedado para nada obsoletos. El artículo se titulaba "Razones para seguir pedaleando".
Oviedo, Fernando RAMOS
Ahora los Reyes Magos ya no regalan bicicletas, te dejan una consola de videojuegos. Ya no hay Perico Delgado, sino que abundan posprogramas de telerrealidad. Y tampoco existen carreras de prau en bicicleta, ya que están prohibidas por ser consideradas piratas. Con este panorama tiene que convivir el ciclismo actual, con las escuelas ciclistas vacías de niños, con un pelotón cadete y juvenil bajo mínimos y con la feroz competencia del sedentarismo infantil.
Aparte, habría que añadir a esta lista de causas dos cuestiones que para algunos especialistas del pedal son fundamentales a la hora de explicar la falta de vocación ciclista entre nuestros niños: el peligro de las carreteras y la mala imagen que hoy tiene el ciclismo a causa del dopaje. Como sostiene Daniel Fernández, director deportivo del Club Ciclista Colloto, «llevamos cinco años en declive total porque nos están ganando la partida los deportes con menos peligrosidad».
Por su parte, el ciclista profesional Mario de Sárraga encuentra la causa en «la evolución de la sociedad, pues ahora tienen muchas más opciones donde elegir, por ejemplo internet, Playstation y otras actividades que no requieren de esfuerzo físico para obtener diversión».
El ciclista moscón Santi Pérez comenzó muy tarde la práctica del ciclismo porque «salí de otros deportes como el fútbol y el hockey por la dificultad de desplazarme hasta la ciudad viviendo en un pueblo, así que opté por el ciclismo a la edad de 17 años y tan sólo necesité una bicicleta, un equipo y muchas ganas de hacer deporte e ilusión por esta disciplina», asegura. La diferencia que encuentra el ciclista de Vega de Peridiello entre aquella época y la actual radica en que «ahora tienen mucha más diversificación de deportes que por aquel entonces».
Pero Santi va todavía más allá afirmando que «ahora lo que persigue la sociedad es obtener el mayor rendimiento con el mínimo trabajo, por lo que actividades como el ciclismo no entran en esta regla de tres». Pérez explica que «antes los niños queríamos tener una profesión en concreto por los valores humanos de dicho oficio, y hoy se miran sólo el dinero y la comodidad, así que una vez más el ciclismo vuelve a estar en lo más bajo de la escala de preferencias; yo espero que sea sólo algo cíclico».
En cuanto a la referencia de una figura ciclista para los más pequeños de la casa, en Grado se da una curiosa circunstancia con la Escuela Ciclista Santi Pérez, ya que «allí tenemos ya quince niños apuntados hasta los 14 años, una cifra que supera el número de críos apuntados en Avilés o en otros concejos, lo que quiere decir que posiblemente se fijen en mí como una figura a la que seguir y mis éxitos hayan calado entre los mas pequeños del concejo, a diferencia de otros municipios que no tienen una figura ciclista local», reflexionó.
Sea un periodo cíclico o no, lo que está claro es que todos los encuestados coinciden primordialmente en la falta de interés de las nuevas generaciones. Así, actualmente existen nueve escuelas que funcionan a pleno rendimiento, con unas 140 licencias federativas contando a juveniles y cadetes. Unos datos desoladores que no llegan ni a la tercera parte de lo que registraban las fichas hace diez años, cuando hasta se tenía que poner un límite en las inscripciones debido a la gran masificación que existía en este deporte.
Las escuelas más activas son la de Viella, Colloto, Nava, Las Mestas, Avilés, Carreño, Pedal del Occidente, Coque Uría y Santi Pérez, con una media que supera la decena de niños en la más temprana edad. La excepción la seguimos encontrando en las grandes ciudades como Gijón y Oviedo con las escuelas de Las Mestas y Colloto, respectivamente, donde esta cifra se supera, aunque muy lejos de los cuarenta ciclistas que completaban el pelotón más benjamín.
Actualmente, en Las Mestas tienen veinte federados hasta los 14 años y perdieron esta temporada siete corredores, que pasaron a cadetes, mientras que en Oviedo se llegó a tener en tiempos de gran esplendor treinta y cinco corredores y ahora están inscritos también veinte.
Celso Fernández, presidente del Club Ciclista Colloto «Ciudad de Oviedo», no se muestra muy optimista ante el futuro, pues «la progresión fue bajando año a año desde los noventa y, a pesar de que llevamos un par de temporadas en las que hemos encontrado estabilidad, la perspectiva no es para nada halagüeña». Ahora la pelota está en el tejado de las federaciones, divulgando información que llegue directamente a los padres, donde queden muy claras ciertas cosas, como que estos niños practican el ciclismo en lugares cerrados al tráfico, que cuando salen por la carretera van totalmente protegidos por otros coches de equipo e, incluso, con los monitores en bicicleta, y, sobre todo, que eso del dopaje no es una práctica habitual.
Así que, siendo optimistas, nos quedamos para terminar con las palabras de Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, en su intervención durante la presentación de la Vuelta a España: «En nuestro país el ciclismo debe triunfar, me consta que en España hay más bicicletas que balones de fútbol». Que así sea.
Oviedo, Fernando RAMOS
Ahora los Reyes Magos ya no regalan bicicletas, te dejan una consola de videojuegos. Ya no hay Perico Delgado, sino que abundan posprogramas de telerrealidad. Y tampoco existen carreras de prau en bicicleta, ya que están prohibidas por ser consideradas piratas. Con este panorama tiene que convivir el ciclismo actual, con las escuelas ciclistas vacías de niños, con un pelotón cadete y juvenil bajo mínimos y con la feroz competencia del sedentarismo infantil.
Aparte, habría que añadir a esta lista de causas dos cuestiones que para algunos especialistas del pedal son fundamentales a la hora de explicar la falta de vocación ciclista entre nuestros niños: el peligro de las carreteras y la mala imagen que hoy tiene el ciclismo a causa del dopaje. Como sostiene Daniel Fernández, director deportivo del Club Ciclista Colloto, «llevamos cinco años en declive total porque nos están ganando la partida los deportes con menos peligrosidad».
Por su parte, el ciclista profesional Mario de Sárraga encuentra la causa en «la evolución de la sociedad, pues ahora tienen muchas más opciones donde elegir, por ejemplo internet, Playstation y otras actividades que no requieren de esfuerzo físico para obtener diversión».
El ciclista moscón Santi Pérez comenzó muy tarde la práctica del ciclismo porque «salí de otros deportes como el fútbol y el hockey por la dificultad de desplazarme hasta la ciudad viviendo en un pueblo, así que opté por el ciclismo a la edad de 17 años y tan sólo necesité una bicicleta, un equipo y muchas ganas de hacer deporte e ilusión por esta disciplina», asegura. La diferencia que encuentra el ciclista de Vega de Peridiello entre aquella época y la actual radica en que «ahora tienen mucha más diversificación de deportes que por aquel entonces».
Pero Santi va todavía más allá afirmando que «ahora lo que persigue la sociedad es obtener el mayor rendimiento con el mínimo trabajo, por lo que actividades como el ciclismo no entran en esta regla de tres». Pérez explica que «antes los niños queríamos tener una profesión en concreto por los valores humanos de dicho oficio, y hoy se miran sólo el dinero y la comodidad, así que una vez más el ciclismo vuelve a estar en lo más bajo de la escala de preferencias; yo espero que sea sólo algo cíclico».
En cuanto a la referencia de una figura ciclista para los más pequeños de la casa, en Grado se da una curiosa circunstancia con la Escuela Ciclista Santi Pérez, ya que «allí tenemos ya quince niños apuntados hasta los 14 años, una cifra que supera el número de críos apuntados en Avilés o en otros concejos, lo que quiere decir que posiblemente se fijen en mí como una figura a la que seguir y mis éxitos hayan calado entre los mas pequeños del concejo, a diferencia de otros municipios que no tienen una figura ciclista local», reflexionó.
Sea un periodo cíclico o no, lo que está claro es que todos los encuestados coinciden primordialmente en la falta de interés de las nuevas generaciones. Así, actualmente existen nueve escuelas que funcionan a pleno rendimiento, con unas 140 licencias federativas contando a juveniles y cadetes. Unos datos desoladores que no llegan ni a la tercera parte de lo que registraban las fichas hace diez años, cuando hasta se tenía que poner un límite en las inscripciones debido a la gran masificación que existía en este deporte.
Las escuelas más activas son la de Viella, Colloto, Nava, Las Mestas, Avilés, Carreño, Pedal del Occidente, Coque Uría y Santi Pérez, con una media que supera la decena de niños en la más temprana edad. La excepción la seguimos encontrando en las grandes ciudades como Gijón y Oviedo con las escuelas de Las Mestas y Colloto, respectivamente, donde esta cifra se supera, aunque muy lejos de los cuarenta ciclistas que completaban el pelotón más benjamín.
Actualmente, en Las Mestas tienen veinte federados hasta los 14 años y perdieron esta temporada siete corredores, que pasaron a cadetes, mientras que en Oviedo se llegó a tener en tiempos de gran esplendor treinta y cinco corredores y ahora están inscritos también veinte.
Celso Fernández, presidente del Club Ciclista Colloto «Ciudad de Oviedo», no se muestra muy optimista ante el futuro, pues «la progresión fue bajando año a año desde los noventa y, a pesar de que llevamos un par de temporadas en las que hemos encontrado estabilidad, la perspectiva no es para nada halagüeña». Ahora la pelota está en el tejado de las federaciones, divulgando información que llegue directamente a los padres, donde queden muy claras ciertas cosas, como que estos niños practican el ciclismo en lugares cerrados al tráfico, que cuando salen por la carretera van totalmente protegidos por otros coches de equipo e, incluso, con los monitores en bicicleta, y, sobre todo, que eso del dopaje no es una práctica habitual.
Así que, siendo optimistas, nos quedamos para terminar con las palabras de Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, en su intervención durante la presentación de la Vuelta a España: «En nuestro país el ciclismo debe triunfar, me consta que en España hay más bicicletas que balones de fútbol». Que así sea.
1 comentario:
Es una pena que se esté perdiendo no sé si la afición o la ilusión...
recuerdo cuando era guaje que muchos de mis amigos estaban en equipos, casi todos en el extensiones sabino o en el coque uria...
A ver si vuelven los años dorados para el ciclismo en España (no por títulos.. que lo ganamos todo.. sino por afición y licencias)
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