24 de abril de 2011

LA LEYENDA CONTINUA III


Santi Pérez recupera el tiempo
El asturiano se impone por cuatro escasos segundos en la Avenida Zumalakarregi tras atacar en la subida al alto de Gárate
24.04.11 - 02:58 - MIKEL URIARTE LLODIO.

Santi Pérez inscribió ayer su nombre como vencedor del 62 Gran Premio Internacional de Llodio. El asturiano llegó con cuatro segundos de adelanto a la meta de la Avenida Zumalakarregi después de haber atacado a trescientos metros de la cima del alto de Gárate, premiando a su equipo, el Barbot portugués, tras un buen trabajo colectivo.

«Los viejos nunca mueren», le espetó poco después de cruzar la línea de meta quien fuera su entrenador en el Kelmen hace nueve temporadas, Vicente Belda. Y a fe que así es. No ha tenido el ciclista de Grado un fácil caminar desde que dio el salto al profesionalismo hace diez años precisamente con la escuadra lusa. Cuando parecía que con el conjunto Phonak podía pelear por cosas importantes fue castigado durante dos temporadas por un positivo en la Vuelta a España de 2004.

Pero Santi Pérez no se rindió. Peleó por volver y lo consiguió. Ganó la temporada pasada en la Subida al Naranco y el Gran Premio Liberty Seguros. Ayer, la prueba alavesa. Hace una semana en la Vuelta a Castilla y León fue undécimo y llegaba en buen estado a la cita laudiotarra. Sabía, eso sí, que al sprint no tenía muchas posibilidades de éxito, así que demostró sus habilidades como escalador. Demarró a escasos trescientros metros de la cima de Gárate para tirarse a tumba abierta en los últimos cuatro kilómetros y buscar la pancarta final.

Todo ello después de haber sido protagonista en una montonera que se formó en Amézaga. Brazo izquierdo vendado. Pero ni por ésas. No estaba dispuesto a fallar al resto de compañeros. Vino a ser en resumen el remate a una buena carrera por parte del cuadro luso que primero echó abajo una fuga de ocho corredores, entre ellos el 'Euskaltel' Jorge Azanza y los 'Movistar' Iván Gutiérrez e Imanol Erviti, que llegaron a tener dos minutos en la primera pasada por Gárate. Y más tarde, poco antes de ascender dicho puerto por segunda vez, metiendo a tres de sus intengrantes en la selección de candidatos al triunfo final.

Veintiseis unidades entre los que había representación de casi todos los bloques y que alcanzó en el descenso de Malkuartu los cuarenta y cinco segundos de margen. Tiempo para administrar sobre todo en la subida final de apenas dos kilómetros y que bien valían un último acelerón. La avanzadilla fue perdiendo elementos y los mejores escaladores aparecían sobre los demás -Nieve, Amador, Herrada o el propio Pérez-.

Pero el asturiano quería recuperar parte del tiempo perdido. Dos ejercicios dan para mucho y él no había podido disfrutarlos. Se acordó de ello. Tiene clase en sus piernas a pesar de que dentro de poco más de tres meses cumplirá treinta y cuatro años. Lo demostró cuando lanzó su ataque al coronar Gárate. A partir de entonces tenía claro qué debía hacer si quería recordar éxitos pasados. Su nombre vuelve a sonar en la escena ciclista y ahora espera que no se apague.

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