Cuando leí el texto que Santi ha publicado en Biciciclismo, se me hizo imposible imaginar el infierno que han pasado los esforzados de la ruta sobre la bicicleta. Habitualmente no nos hacemos a la idea de lo que ocurre en carrera, pero las palabras de Santi en este relato, describen de una forma casi tremendista lo que fue un día de perros en pleno paraíso vacacional convertido en el infierno de las cadenas rotas, no os lo perdáis en este enlace.
La Vuelta al Algarve, por Santi Pérez: Un día para olvidar
18 Febrero
La verdad es que ya nos esperábamos el mal tiempo y la dificultad de la orografía, pero nadie se imaginaba que iba a resultar tan duro. Tocaba desayunar temprano porque teníamos un traslado de una hora y media del hotel a la salida. Nada mas despertarnos ya escuchamos el agua y el viento golpear la ventana de nuestra habitación. Todo el traslado con la calefacción alta y el limpiaparabrisas funcionando.
Tenía pensado sacar una foto al Castillo de Sagres, donde estaba situada la salida para que pudierais verlo, pero podréis comprender que no era el día más idóneo para fotografiarlo. Este castillo costruido por el Infante Don Henrique en realidad es una Fortaleza usada como método de defensa contra los navegantes enemigos en la antigüedad, tiene algunos desperfectos provocados por un tsunami en el año 1755. Debió ser algo parecido a lo que hemos vivido nosotros en la etapa de hoy…
El primer paso era escoger bien la ropa, tanto para el agua como para el frío, porque 214 kilómetros en estas condiciones sin la equipación adecuada resultan difíciles de realizar. Durante las más de 6 horas que duró la etapa el termómetro osciló sobre los 8 grados, pero puedo aseguraros que la sensación térmica era muy inferior. Al contrario que ayer, casi nadie bajaba a los coches porque nadie se quitaba el chubasquero, ni acababa los bidones de líquido. Tampoco había demasiadas conversaciones entre corredores, probablemente porque nuestras mandíbulas estaban paralizadas por el frío y cuesta articular palabras correctamente.
En todo el tiempo que llevo corriendo, hoy se han batido varios récord para mí: ha sido la vez que más tiempo he corrido sin parar de llover, la lluvia arrastró en algunos tramos piedrecillas a la carretera, provocando muchísimos pinchazos. Nunca había visto partir tantas cadenas en carrera, esto es debido a que desde la llegada de los 10 y 11 piñones la cadena se ha hecho más estrecha, esto la hace más débil, unido a la arenilla de las carreteras del Algarve que actúa sobre la cadena como una lija y el agua caída que también la reseca, ha hecho que mucha gente tuviera que cambiar a la bici de repuesto.
Hoy voy a contaros lo que puede suceder en una etapa de este estilo, más en concreto lo que le ocurrió a mi compañero de habitación. Zaballa es de los corredores más duros que conozco, vive en Cantabria y no se salta ni un día de entrenamiento. Si toca fondo y llueve, no duda en ponerse el chubasquero y salir. Por eso cuando hay días como los de hoy se siente como pez en el agua. Justo antes del último puerto me acerque a él, mediante un gesto me indicó que se encontraba fuerte para la llegada.
Un par de kilómetros después, se quedó literalmente parado en medio de la carretera casi sin poder dar pedal, tenía lo que en el argot ciclista conocemos como “pájara”. En estos días muchas veces nos resulta complicado comer y beber, por eso se suelen dar muchos desfallecimientos de este tipo. Lo incomprensible es que Tino es un corredor experto y en ningún momento dejó de avituallarse, pero con temperaturas tan bajas y el gore-tex todo el día puesto, nuestro organismo en ocasiones consume más de lo que nos esperamos.
Al llegar al hotel no hemos tenido tiempo ni para masaje. Mientras escribo aún tengo las manos entumecidas del frío, pero no podía dejar de contaros lo que va a ser un día inolvidable para muchos de los participantes hoy en la etapa.
Por Santi Pérez, ciclista del CC Loulé-Louletano para Biciciclismo.com.
La Vuelta al Algarve, por Santi Pérez: Un día para olvidar18 Febrero
La verdad es que ya nos esperábamos el mal tiempo y la dificultad de la orografía, pero nadie se imaginaba que iba a resultar tan duro. Tocaba desayunar temprano porque teníamos un traslado de una hora y media del hotel a la salida. Nada mas despertarnos ya escuchamos el agua y el viento golpear la ventana de nuestra habitación. Todo el traslado con la calefacción alta y el limpiaparabrisas funcionando.
Tenía pensado sacar una foto al Castillo de Sagres, donde estaba situada la salida para que pudierais verlo, pero podréis comprender que no era el día más idóneo para fotografiarlo. Este castillo costruido por el Infante Don Henrique en realidad es una Fortaleza usada como método de defensa contra los navegantes enemigos en la antigüedad, tiene algunos desperfectos provocados por un tsunami en el año 1755. Debió ser algo parecido a lo que hemos vivido nosotros en la etapa de hoy…
El primer paso era escoger bien la ropa, tanto para el agua como para el frío, porque 214 kilómetros en estas condiciones sin la equipación adecuada resultan difíciles de realizar. Durante las más de 6 horas que duró la etapa el termómetro osciló sobre los 8 grados, pero puedo aseguraros que la sensación térmica era muy inferior. Al contrario que ayer, casi nadie bajaba a los coches porque nadie se quitaba el chubasquero, ni acababa los bidones de líquido. Tampoco había demasiadas conversaciones entre corredores, probablemente porque nuestras mandíbulas estaban paralizadas por el frío y cuesta articular palabras correctamente.
En todo el tiempo que llevo corriendo, hoy se han batido varios récord para mí: ha sido la vez que más tiempo he corrido sin parar de llover, la lluvia arrastró en algunos tramos piedrecillas a la carretera, provocando muchísimos pinchazos. Nunca había visto partir tantas cadenas en carrera, esto es debido a que desde la llegada de los 10 y 11 piñones la cadena se ha hecho más estrecha, esto la hace más débil, unido a la arenilla de las carreteras del Algarve que actúa sobre la cadena como una lija y el agua caída que también la reseca, ha hecho que mucha gente tuviera que cambiar a la bici de repuesto.
Hoy voy a contaros lo que puede suceder en una etapa de este estilo, más en concreto lo que le ocurrió a mi compañero de habitación. Zaballa es de los corredores más duros que conozco, vive en Cantabria y no se salta ni un día de entrenamiento. Si toca fondo y llueve, no duda en ponerse el chubasquero y salir. Por eso cuando hay días como los de hoy se siente como pez en el agua. Justo antes del último puerto me acerque a él, mediante un gesto me indicó que se encontraba fuerte para la llegada.
Un par de kilómetros después, se quedó literalmente parado en medio de la carretera casi sin poder dar pedal, tenía lo que en el argot ciclista conocemos como “pájara”. En estos días muchas veces nos resulta complicado comer y beber, por eso se suelen dar muchos desfallecimientos de este tipo. Lo incomprensible es que Tino es un corredor experto y en ningún momento dejó de avituallarse, pero con temperaturas tan bajas y el gore-tex todo el día puesto, nuestro organismo en ocasiones consume más de lo que nos esperamos.
Al llegar al hotel no hemos tenido tiempo ni para masaje. Mientras escribo aún tengo las manos entumecidas del frío, pero no podía dejar de contaros lo que va a ser un día inolvidable para muchos de los participantes hoy en la etapa.
Por Santi Pérez, ciclista del CC Loulé-Louletano para Biciciclismo.com.
1 comentario:
Lo leo, imagino el frío y la mojadura y los 200 y pico km...y me entra un escalofrio por todo el cuerpo que no se me quita... en este caso no porque me entre frío, sino porque pienso en las 6horas q tuviste q pasar. Lo estás haciendo muy bien Santi, en Trofeo Abertura (Escapada, mejor equipo, tercero en montaña...), y estos 3 días en Vuelta Algarve, muy bien Kmpeón!! Mi admiración por lo que haces y por cómo lo haces!! Suerte para las últimas 2etapas!!
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